La sólida red de metro de Madrid es una de las más cómodas del mundo, pero no te pongas demasiado cómodo, especialmente si eres hombre. Impulsada por una ola de usuarios masculinos que estiraban las piernas para ocupar más de un asiento en los trenes subterráneos, una medida a menudo denominada "manspreading", la capital española prohibió oficialmente esta práctica en todo el transporte público en 2017.

El decreto del gobierno se produjo después de meses de peticiones y protestas por parte de organizaciones lideradas por mujeres hartas de luchar por el espacio en los trayectos abarrotados. Su hashtag #MadridSinManspreading (#MadridSinManspreading) rápidamente se volvió viral y obligó a la entonces alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena. En cuestión de semanas, el metro de Madrid exhibió carteles que explicaban la prohibición de la propagación y los hombres hicieron cola.

Sin embargo, la ciudad española no es la primera gran metrópolis que toma medidas enérgicas contra los asientos egoístas. La ciudad de Nueva York tuvo una campaña similar destinada a la propagación del hombre en 2014, e incluso empleó el pegadizo lema "Amigo, detén la propagación" (un eslogan que, ciertamente, no ha envejecido bien en tiempos pospandémicos). Durante meses, la policía de la ciudad de Nueva York hizo cumplir la medida arrestando a los delincuentes, aunque casi siempre se retiraron los cargos.

Hasta el momento no se han producido arrestos por manspreading en Madrid, pero eso no significa que los pasajeros del metro no estén bajo vigilancia. Recuerde, la próxima vez que esté en la tierra de Los Gatos, guarde las piernas para usted.

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